Te inquietas porque, a pesar de cuidarte la piel como nadie, no has obtenido los resultados deseados. Sientes que, a pesar de tanto esfuerzo, no tienes una piel perfecta. Detente a pensar que hay gestos y hábitos de cada día que lentamente hacen daño a tu piel. Aquí puedes descubrir cuáles son.
Cómo conseguir una Piel Perfecta
No puedes entender que tú, que te dedicas excesivamente al cuidado de tu piel, invirtiendo horas en rituales continuos de belleza caseros, no has logrado una piel perfecta como quisieras. Al contrario, ves como alguna amiga que apenas lava su cara, con jabón y agua, y además lo que usa es una crema cualquiera. Esa luce una estupenda piel. ¿Te da envidia?
Además del importante papel que juega en esto la genética también los hábitos de cada día cuentan. Tal vez sin darte cuenta tienes gestos y hábitos que realizas a diario, que no le hacen bien a tu piel. Debes cuidar tu piel por dentro y por fuera. Revisa tus rutinas. Puede que alguna esté dañando tu piel. Trata de descubrir lo que probablemente estés haciendo mal y remédialo a tiempo. Tu piel te lo va a agradecer.
La Regla Básica: Desmaquíllate Siempre
Es sabido por todas que muchas veces nos da pereza. Esto pasa sobre todo en los días en que hemos asistido a algún evento importante y hemos abusado del maquillaje. Tienes que evitar irte a dormir sin quitarte el maquillaje. Tu piel se maltrata por falta de oxígeno ya que los poros permanecen cubiertos por el maquillaje. Y es que, aunque no estés maquillada, debes hacer la limpieza. Es muy conveniente eliminar las impurezas de la piel y el sucio que se va acumulando durante el día.
Al aplicarte la crema hidratante, después de desmaquillarte, no debe ser en exceso. Si pones mucha crema puedes obstruir los poros y producir un efecto contrario al esperado. En el caso del contorno de los ojos, ejemplo, si aplicas alguno que sea excesivamente untuoso, pudiera provocar la aparición de bolsas o de granos blancos de grasa en esa área.
¿Te tocas mucho la Cara?
Si te tocas mucho la cara debes mantener las manos limpias. Las manos siempre mantienen contacto con superficies que están sucias, aunque a simple vista no lo notemos. Si no lavas tus manos frecuentemente y tocas tu cara estarás llevando bacterias a tu rostro. Esa suciedad se acumula y se obstruyen los poros, pudiendo aparecer un brote repentino de acné
No frotes la Piel al limpiarla
No seques con brusquedad. Al secar la piel, sobre todo la de tu cara, trata de no irritarla, no frotes fuertemente la toalla. Debes aplicar la toalla con toquecitos suaves.
Además, si tienes el hábito de sacarte los granitos, debes saber que es muy dañino para tu piel. En vez de sanearla lo que haces es dejar salir las bacterias de dentro del grano y el acné, entonces, se extiende… Y en el caso extremo de que repitas cada vez esa acción provocarás la aparición de oscuras manchas e inclusive cicatrices.
Cuida tu Alimentación
Además de que debes procurar una alimentación sana, natural y balanceada, debes tener cuidado con ciertos alimentos. Por ejemplo, el azúcar, el café o los precocidos no le hacen bien a la piel. La cafeína tiene efecto diurético y provoca que tu piel se deshidrate y se muestre apagada y pierda el brillo. No tomes más de dos tazas al día. Y si es con leche no lo tomes en exceso porque puede producir acné. La leche posee sus hormonas propias algunos factores de crecimiento. Estos son absorbidos y van a la sangre. El azúcar también consumida en exceso es negativa. Esto debido a que tiende a unirse a las proteínas propias de la piel produciendo la flacidez.